México es considerado un país "megadiverso", ya que forma parte del selecto grupo de naciones poseedoras de la mayor cantidad y diversidad de animales y plantas, casi el 70% de la diversidad de especies. Los 12 paises que pertenecen a este grupo son: México, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Congo, Madagascar, China, Malasia, Indonesia y Australia.
El número total de
especies descritas en el país se acerca a las 65 mil, cifra muy por debajo de
las más de 200 mil especies que, en una aproximación conservadora, se estima
habitan en el país. La fauna la integran aproximadamente 171 mil especies de
invertebrados, en su mayoría artrópodos (cerca de 86 mil especies) e insectos
(78 mil especies), además de cerca de 5 mil especies de vertebrados, mayormente
peces (2 mil 122 especies) y aves (mil 250 especies).
Posición de México con respecto a otros países
megadiversos
Llorente-Bousquets, J., y S. Ocegueda. 2008. Estado del conocimiento de la biot, en Capital natural de México, vol. I: Conocimiento actual de la biodiversidad. Conabio, México, pp. 283-322. |
||||||
País
|
Plantas
vasculares |
Mamíferos
|
Aves
|
Reptiles
|
Anfibios
|
|
Lugar de México
|
5
|
3
|
8
|
2
|
5
|
|
Brasil
|
56,215
|
578
|
1,712
|
630
|
779
|
|
Colombia
|
48,000
|
456
|
1,815
|
520
|
634
|
|
China
|
32,200
|
502
|
1,221
|
387
|
334
|
|
Indonesia
|
29,375
|
667
|
1,604
|
511
|
300
|
|
México
|
23,424
|
535
|
1,096
|
804
|
361
|
|
Venezuela
|
21,073
|
353
|
1,392
|
293
|
315
|
|
Ecuador
|
21,000
|
271
|
1,559
|
374
|
462
|
|
Perú
|
17,144
|
441
|
1,781
|
298
|
420
|
|
Australia
|
15,638
|
376
|
851
|
880
|
224
|
|
Madagascar
|
9,505
|
165
|
262
|
300
|
234
|
|
Congo
|
6,000
|
166
|
597
|
268
|
216
|
La flora mexicana, por su parte, consta de poco más de
23 mil especies, en su mayoría angiospermas (poco más de 22 mil especies), con
un nivel de endemismo superior al 40 por ciento. Destacan por sus niveles de
endemismo la familia de las cactáceas (con 850 especies, 84% de ellas
endémicas) y la de las orquídeas (920 especies, 48% endémicas), así como el
género Pinus (con
48 especies, 43% endémicas).
El inventario
completo de la riqueza biológica de México y su nivel de endemismo es una tarea
aún incompleta. Esto se debe a que existen todavía numerosos grupos biológicos
que no han sido completamente estudiados o colectados (p. e., los hongos, los
invertebrados terrestres y acuáticos y otros organismos microscópicos), así
como zonas geográficas en las que la colecta y el estudio de la flora y la
fauna no han sido considerables. En este sentido, es muy probable que las
cifras para muchos grupos taxonómicos aumenten en la medida en la que se
profundice en el estudio de la diversidad y la geografía del país.
En la porción terrestre del país pueden encontrarse
casi todos los biomas existentes en el mundo, desde las selvas cálido-húmedas,
los bosques templados y los bosques mesófilos de montaña, hasta los variados
matorrales xerófilos, los pastizales naturales que se desarrollan por arriba de
los límites de la vegetación arbórea en las montañas y la vegetación halofila y
gipsófila. Se piensa que algunos tipos de vegetación, como los pastizales
gipsófilos del altiplano central o los izotales dominados por plantas de los
géneros Dasylirion, Yucca o Nolina, son exclusivos a
nuestro país (González Medrano, 2003).
En las aguas
nacionales (tanto continentales como costeras y oceánicas) también pueden
contarse una gran diversidad de ecosistemas. Dentro de los lagos y ríos y en
sus márgenes pueden observarse bosques y selvas de galería, popales, tulares y
ciertos tipos de vegetación acuática sumergida. Entre ellos existen ecosistemas
únicos en su género tanto por su composición biológica como por su grado de
endemismo, como son los casos de los humedales de Cuatrociénegas, en el estado
de Coahuila y los lagos de Chapala y la Media Luna en Jalisco y San Luis
Potosí, respectivamente.
En lo que se
refiere a ecosistemas marinos o con la influencia del agua salada, en las
costas del Pacífico, Atlántico y Mar Caribe pueden encontrarse grandes áreas
dominadas por manglares, lagunas costeras, estuarios, comunidades de pastos marinos
y, de manera muy especial, por arrecifes de coral. Dentro de los arrecifes de
coral son notables por su riqueza los del Golfo de México, Banco de Campeche y
el Caribe, estos últimos considerados dentro de los más diversos del continente
y los cuales forman la segunda barrera arrecifal más grande del mundo, después
de la Gran Barrera Australiana.
Es importante
mencionar que asociado al valor que tienen los ecosistemas como reservorios de
una gran riqueza biológica y como proveedores de muchos de los alimentos y
materias primas de los que se ha valido la sociedad para su desarrollo, también
brindan una serie de servicios ambientales importantes que, no obstante,
permanecen desconocidos o poco valorados por la sociedad (ver recuadro de Servicios
ambientales de la biodiversidad).
Entre ellos están la captación y purificación del agua que tomamos, la
conservación y formación del suelo del cual obtenemos muchos de nuestros
alimentos, la captación del excesivo carbono que producen las actividades
productivas, el control de las inundaciones, la protección de las zonas
costeras, entre muchos otros. De ahí que la conservación de muchos de los
ecosistemas nacionales (tanto terrestres como marinos y acuáticos
continentales) sea prioritaria para asegurar el futuro de las siguientes
generaciones. Sin los servicios ambientales que brindan los ecosistemas, el
bienestar de la sociedad y el crecimiento nacional estarían seriamente
comprometidos.
Además del alto
número de especies, la diversidad de México es relevante porque muchas de las
especies de importancia agrícola a nivel mundial (e. g., maíz, frijol y
jitomate) tuvieron su origen en nuestro territorio. De hecho, México es el
único de los países megadiversos que se encuentra en lo que se conoce como la
“faja génica” que circunda al globo entre los trópicos de Cáncer y Capricornio.
Este hecho se refleja en la gran diversidad de especies y variedades de plantas
cultivadas.
En la porción
terrestre del país pueden encontrarse casi todos los biomas existentes en el
mundo, desde las selvas cálido-húmedas, los bosques templados y los bosques
mesófilos de montaña, hasta los variados matorrales xerófilos, los pastizales
naturales que se desarrollan por arriba de los límites de la vegetación arbórea
en las montañas y la vegetación halofila y gipsófila. Se piensa que algunos
tipos de vegetación, como los pastizales gipsófilos del altiplano central o los
izotales dominados por plantas de los géneros Dasylirion, Yucca o Nolina,
son exclusivos a nuestro país (González Medrano, 2003).
En las aguas
nacionales (tanto continentales como costeras y oceánicas) también pueden
contarse una gran diversidad de ecosistemas. Dentro de los lagos y ríos y en
sus márgenes pueden observarse bosques y selvas de galería, popales, tulares y
ciertos tipos de vegetación acuática sumergida. Entre ellos existen ecosistemas
únicos en su género tanto por su composición biológica como por su grado de
endemismo, como son los casos de los humedales de Cuatrociénegas, en el estado
de Coahuila y los lagos de Chapala y la Media Luna en Jalisco y San Luis
Potosí, respectivamente.
En lo que se
refiere a ecosistemas marinos o con la influencia del agua salada, en las
costas del Pacífico, Atlántico y Mar Caribe pueden encontrarse grandes áreas
dominadas por manglares, lagunas costeras, estuarios, comunidades de pastos
marinos y, de manera
muy especial, por arrecifes de coral. Dentro de los arrecifes de coral son
notables por su riqueza los del Golfo de México, Banco de Campeche y el Caribe,
estos últimos considerados dentro de los más diversos del continente y los
cuales forman la segunda barrera arrecifal más grande del mundo, después de la
Gran Barrera Australiana.
Elaborado: Cinthya
Ahiled Gayol Montes de Oca
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